lunes, 6 de abril de 2009

¿Hacia dónde vamos?


De unos días a esta parte, todos hemos estado a modo de estatuas, perplejos ante el televisor, pendientes del resultado de la famosa cumbre del G-20 y realmente me pregunto ¿por qué? ¿teníamos algo que ganar? ¿pensábamos que íbamos a tener un papel medianamente relevante en dicho acontecimiento? Pues no, no poseíamos la más mínima esperanza, bueno, salvo algún iluso que todavía se creía la competencia envuelta en una impresionante demagogia de nuestro presidente, pero ahí estuvimos, y vimos la ansiada foto de Zapatero. No es mi objetivo parecer extremista, ni excesivamente crítica, aunque no me queda más remedio, pues lo único que más o menos sigue una línea constante en nuestro panorama político es que vamos llevados por la inercia de aquellos que avanzan, ya sea EEUU, Inglaterra, Francia…el caso es que no damos ni un paso por iniciativa propia, y cuando lo hacemos, es en cosas tan sumamente maravillosas como considerar que las mujeres necesitamos un ministerio que corrobore, por si algún español en pleno siglo XXI no se ha dado cuenta, que somos iguales que nuestros compañeros varones.

España, bueno, más bien, nuestros políticos, no conciben que el progreso, la libertad de actuación, el desarrollo de nuestras posibilidades, no se encuentra tanto en el aparentar esa falsa modernidad, como en la búsqueda de competitividad con las otras naciones, y pensareis “no tenemos armas para librar esa batalla”, pero os equivocáis, porque estáis prestando atención a aquellos ámbitos en los que ellos, los otros, tienen el poder y lo que hay que hacer es buscar qué puede ofrecer España al mundo que no pueden ofrecer el resto y ¿qué es? Pues tendría que estudiarlo y por lo que veo muy afondo, pero si puedo decir algo que no se puede negar, y es que explotando nuestros recursos naturales seríamos autosuficientes, energéticamente hablando, e incluso tendríamos la posibilidad de exportar con lo que obtendríamos numerosos beneficios; también es sabido por todos la famosa fuga de cerebros, ¿qué ocurriría si dotásemos a esas mentes inquietas y ansiosas de conocimiento de medios para que investigasen, para qué llenasen las lagunas que posee el mundo de la ciencia? ¿y si dejásemos que nuestros genios fuesen profetas en su tierra? ¿Qué ocurriría? Pero, qué le vamos a hacer, en esta cuadrada realidad que nos muestran no cabe estimación a lo propio y, en cambio, si adoración a lo ajeno.

Además, por si poco dolorosa nos resulta esta atmosfera de sumisión en la que nos hayamos sumergidos, nuestros queridos representantes hacen ostentación de ella y no contentos, nos ofrecen como placebo, un triste guiño de las potencias económicas. Sin irnos más lejos, un ejemplo de ello, nos lo representa con gran magistralidad Zapatero en la ansiada foto con el presidente estadounidense, y es que parece no darse cuenta de que esta situación, desgraciadamente, reitera lo que España ha vivido durante, prácticamente, toda su historia. No somos un país rico, ni económica ni tecnológicamente hablando, lo sabemos y también sabemos que eso nos obliga a sufrir una enorme dependencia y que nos fuerza a vender nuestro servicio a intereses ajenos; lo cual, bajo mi punto de vista, origina numerosos quebraderos de cabeza a los ciudadanos de a pie, que, como se suele decir, "sin comerlo, ni beberlo", se ven inmersos en horripilantes contiendas, sin irnos muy lejos el 11-M. Solución: que nuestros políticos encuentren el equilibrio entre salvaguardar las relaciones internacionales, puesto que vivimos en un mundo globalizado, y la consecución de cierta autosuficiencia que haga menguar dicha subordinación, porque de no ser así, España volverá a encontrarse expuesta a vaivenes foráneos y, es conocido por todos, que en caso de que necesitemos ayuda, estaremos solos, a los hechos me remito. Bueno, concretando y volviendo un poco a la famosa foto, creo que ese apretón de manos, simboliza el retorno, como recientemente ocurrió con Aznar y Bush, a la desnudez de España ante el deseo de EEUU, y que conste que yo, al igual que el resto del planeta, tengo mis esperanzas puestas en el tan importante “logro progre” de los tiranos del mundo.

Yo, tras reflexionar largo y tendido sobre el tema, pienso que el problema reside en que los españoles, ya no creen en España, tanta crítica hemos hecho al atraso estructural, que no cultural, que teníamos, que hemos olvidado nuestros tesoros. Mas opino que pueden resurgir, que van a resurgir, pues tenemos que volver a darnos cuenta que no solo de pan vive el hombre, y que no tendremos a la NASA para que nos muestre llanuras en Marte, pero que Machado nos legó “Campos de Castilla”, que aunque no fuimos la fuente del movimiento urbano, si lo fuimos del flamenco, que los rascacielos no hacen sombra a la Al-hambra, que no queremos armas nucleares, que nos sobran “diez cañones por banda”…España es una maravilla, defendedla vosotros, políticos, que podéis.

Hoy día y muy a mi pesar, he de reconocer que si algún resquicio nos quedaba de aquel ideal de la política de Pericles, ya ha desaparecido y con él la oratoria y el interés, de aquellos que eran artistas, de rodearse de la sabiduría del momento, porque esas eran las herramientas del político, las herramientas del artista, con ellas se adoraba aquello que se defendía, y se hacía hasta sus últimas consecuencias, daban “la vida y el alma a un desengaño”. ¿Volverán las musas de la política? Espero sinceramente que sí, las necesitamos, necesitamos que recompongan “los muros de la patria mía” que “si un tiempo fuertes, ya desmoronados”.

En síntesis, la política es un arte y el arte se siente, se ama, además este rige algo tan tierno como nuestras rutinas, por eso es tan importante, porque sus artistas nacieron con el don de moldear las palabras y los actos esculpiendo el rostro de las necesidades de aquellos a los que representan, por ello, responsabilidad nuestra es no dejar que espíritus desvirtuosos ensucien el inmaculado lienzo de la política.

No hay comentarios:

Publicar un comentario