sábado, 19 de diciembre de 2009

Impresiones de Juventud

La juventud, ese ansia profunda del hombre, aquello que anhela cada segundo de su vida y en lo que ha invertido gran parte de ella, esa recóndita fuente cuya emanación haría feliz a los numerosos seres misteriosos que abarrotan clínicas para hacer invisible la mano del tiempo, ¿es realmente tan hermosa?

Yo, hoy día, y desde hace ya algunos años me hayo inmersa en ella, y ciertamente es una etapa muy extraña, hay personas que intentan unificarla, otras descalificarla, compadecerse… y nosotros, sus enfermos, no tenemos ni armas para defendernos y aunque las tuviésemos, la lucha por la supervivencia en la que se ha convertido no nos permitiría hacerlo; batallas campales en los institutos, continuas competiciones por salvaguardar las ocultas tradicionales apariencias, y esto, arrastrando las cadenas de un puzzle social que no encaja.

Cada temporada miles de locos adolescentes invaden las televisiones bombardeándonos con imágenes de ellos borrachos, drogándose…cerca, muy cerca del coma etílico y de la sobredosis, sin embargo esto no es lo más grave, drogaos si queréis, pero es que la única aspiración que parecemos tener de unos meses a esta parte es: “pillar”, tomarnos la pastilla del día después y abortar. Y es deprimente que esta sea la imagen que estamos dando, es peor aún, no es solo una imagen. En un instituto cualquiera encontramos al grupo “guay”, que no es como el de las películas americanas el de los deportistas y las animadoras, sino el de los repetidores, drogadictos, acosadores y sus respectivas “chonis” que acabarán embarazadas sin prácticamente terminar su desarrollo, también está el grupo de los “freaks”, esos misteriosos chicos que viven en una realidad virtual, víctimas de los primeros y sin capacidad de respuesta, los muy materialistas, aquellos que sus padres compran el tiempo que no les dan con dinero y que seguramente se lo acabaran gastando en alguna droga dura, los pijos, que ahora quieren volverse “hippies de marca”, los “cualquier causa es buena para manifestarnos, aunque no sepamos de que va”, la intención es buena, pero a los demás nos dejan como auténticos imbéciles, los "sectarios", grupos de amigos cerrados de los que nadie sabe si se puede entrar o salir, porque nadie nunca lo ha hecho, y los normales, que también los hay, pese a ser una especie en peligro. ¿Muy dramático? Y qué esperabais si a las niñas les vendéis como prototipo de hombre a un narcotraficante ¿o ya nos hemos olvidado del Duque? De qué valen las campañas contra los malos tratos, si lo que pretendéis que adoren es a un mafioso que humilla a las mujeres, de qué vale decirle a los niños que estudien, si a CR9 le pagan noventa y cinco millones de euros y es más conocido y prestigioso que cualquiera que sepa como curarle la famosa lesión del ligamento cruzado, cómo vamos a decirles que hay que ser educados y utilizar el diálogo ante cualquier conflicto, si por la tarde le ponemos “Sálvame”…

Pero bueno, como he dicho, también hay un sector normal, un colectivo que cursará sus estudios superiores, que ya es difícil viendo cuando ves que a un joven trabajador de tu edad se le trata como a un adulto y a ti, estudiante, como a un niño, se echará una novia y buscará un trabajo de nueve a dos, aunque no le guste, pero que este bien pagado, que al fin y al cabo es lo que importa, y sí con él contribuye a la decadencia del mundo, a que exploten a seres humanos al otro lado de la Tierra…qué más da, que se preocupen otros. Es decir, lo mejorcito de nuestra sociedad, será gente sin más aspiración que salir del paso, una masa conformista, gris, muda y viva por defecto.

Es muy trágico, porque es fruto de un error sistémico de la sociedad, nadie hace nada para ponerle fin y somos los futuros dirigentes del mundo. No es dramatismo, pero no tiene ningún sentido que los adultos os quejéis por el monstruo creado y sigáis sentados en el sofá. Es muy difícil ser joven, porque ante ti se abren millones de posibilidades, muchas de las cuales desconoces, y andas por andar entre tinieblas sin saber ni siquiera quién es quién ocupa tu cuerpo. He ahí la importancia de los padres, sino ibais a querer haceros cargo, era simple, no haberlos tenido... He ahí la importancia de los profesores de colegio, instituto o universidad, somos masas moldeables todavía, ayúdennos a definirnos, podemos ser ciudadanos auto responsables y críticos…He ahí la importancia de un juez de menores, no somos adultos, pero tampoco tontos y sabemos responsabilizarnos de nuestros actos, estamos aprendiendo, enséñenos… Aparentemente tenemos mucha importancia, muchos derechos…pero los niños y la juventud somos un colectivo muy olvidado, nos dais una chuche y a dormir.

Esto no es una pataleta, pese a todos los defectos que ya he citado, somos seres inteligentes y podemos evolucionar.

martes, 26 de mayo de 2009

-¿Qué amas?

-Yo amo la locura y la verdad,
el camino hacia el olvido,
la senda de "Dios dirá".

Yo amo la matemática exactitud,
la incertidumbre del que investiga
y las nubes de sueños del artista.

-¿Qué más?

-Yo amo el más y el menos,
lo posible y lo imposible,
la fantasía de lo certero
y la realidad de los cuentos.

Amo la vista a mi altura,
el azahar de este mundo,
la melodía de las aves
y el gusto de mis amantes .

-¿Nada más?

-Amo la noche y el alba,
la tierra y el mar,
amigos, familia...
el sabor del vino
y el placer de respirar.

-¿Ya está?

-Amo la vida del vivo
¿qué más puedo amar?

miércoles, 20 de mayo de 2009

La pesadilla del soñador.

Todos escondemos tras nuestra fachada de hombres y mujeres adultos niños pequeños y asustados. Cuando la juventud arropa a las personas estas creen tener la fuerza para comerse el mundo, sin embargo poco a poco estas van menguando y se acomodan en un hueco de la realidad en el que la rutina los atrapa en una jaula de falsa felicidad, eso es de lo que tengo miedo y pienso...

¿Y si el moustruo me come,
me envuelve en la vacía rutina,
seca mi alma de arte y belleza
y me quedo muda, absurda,
tumbada en su estómago,
burbujeante de opio?

Maldad fría tienen sus ojos,
calculadoras caricias
sonríen a mis manos.
¿Y si sin darme cuenta...?
¿y si suspiro y un día,
se muere mi alma
y se seca su estómago?

martes, 5 de mayo de 2009

Ese extraño camino llamado "vida".

¿Qué es la vida? ¿Para qué vivimos? ¿Por qué? Miles de preguntas como estas rondaron las cabezas de muchos grandes antes que la mía, y estos días, y parándome a pensar en las penurias y desgracias que sufren los marineros de este navío llamado Tierra, me di cuenta de la relevancia de sus respectivas respuestas.

La vida es un milagro, indudable, un misterioso milagro del que solo alcanzamos a entender aquello que la ciencia o la filosofia consiguen mostrarnos, sin embargo pese a ser algo tan sumamente desconocido todo el mundo opina y posee su propia verdad sin llegar a conocerla totalmente (desgraciadamente, esto ocurre en todos los temas). Por ejemplo, un tema de actualidad, el aborto, la gente discute sobre él y yo me pregunto ¿saben lo qué es realmente? Yo no lo se y esta incertidumbre es algo que me provoca una inmensa desorientación. Cuestiono a mayores y jóvenes, a aquellos que se creen doctos en la materia, unos me contestan que con la muerte del feto no se pierde nada porque no hay nada vivo, pero ¿cómo saben qué no está vivo? ¿aunque no este vivo, es ético eliminar la posibilidad de una vida? No lo se. Por otro lado vuelvo a preguntar lo mismo y con el mismo convencimiento y cegación que los anteriores me responden con rotundidad, “matar a un bebe es un asesinato ¿no?”, pero ¿cómo saben qué es un bebe?. Y ante esta discrepancia tan atroz se me seca el cerebro y enmudecen mis labios, pues no saben, no conocen, no empatizan…mas si opinan y si juzgan.

Respecto al para qué que anunciaba antes, creo que debo decir que dicha cuestión me causa sino la misma más contrariedad que la anterior. Un niño nace, sus padres lo educan, termina sus estudios, con el fin de que le faciliten un trabajo, decide la pareja con la que formará su familia, tiene hijos, se jubila y a morir se ha dicho ¿qué aliciente hay aquí? ¿por qué cuando decides salirte del esquema te tachan de extraño, loco..? ¿Es que si adquieres conocimientos con el único fin de disfrutar, son inútiles? ¿Por qué has de limitar tu libertad atandote a otra persona? ¿Por qué tienes que hipotecar tu vida a unos seres a los que todavía no quieres? ¿Por qué cuando alcanzas una edad te imponen el esperar al frío aliento de la muerte? No lo entiendo, aunque cavilando por mi mente se me ocurrió una respuesta, por tradición. Por tradición, pensaban que vivían para contraer matrimonio y procrear, porque así lo dictaminaban las creencias de esa sociedad; entonces llego a la conclusión de que la respuesta a ese “para qué” se encuentran en nuestras creencias, por ejemplo en las religiones. ¿Y si Marx se equivocase? ¿y si la religión no fuese el opio sino el esquema de conducta, los límites del pueblo?

Y finalmente ¿por qué? Soy bastante esceptica en casi todo, pero me paro a observar los detalles, los acontencimientos que me llevan, y me pregunto ¿casualidad? Observo la inmensidad del cielo, las nubes, las estrellas… bajo la mirada y veo la sonrisa de un niño, la bondad altruista, la belleza de la naturaleza, su aroma…y dirijo mis pupilas al frente y me doi cuenta que ha pasado el tiempo ¿qué es el tiempo? Pasa sin darnos cuenta, es incorporeo, intangible, mas sabemos que existe porque sentimos sobre nosotros sus hilos, cual marionetas en sus manos de titiritero. Todo esto me abruma, el mundo parece tener sentido, un fin, un objetivo…pero quién elige una respuesta en este océano de versiones. La razón me dice que dos más dos son cuatro y que el cuatro no nace si no es resultado de esos sumandos, pero mi inteligencia no es suficiente para conseguir averiguar el signo que falta entre los dos primeros números. Lamento no tener las respuestas, aunque quizás mi mente no este capacitada para procesar esta información; me daría miedo pensar que estamos solos y frío pensar que alguien vigila todos mis pasos.

En una empresa peliaguda me he encauzado, pero necesito, al igual que todos, saber por qué vivo, para qué y cual es mi objetivo en este camino que empiezo a emprender. No soporto pensar que “para qué nacerá la gente, si nacer o morir son indiferentes”.

Mi tierra

Madre,

Infinita fuente de fuerza y de luz, supongo que después de lo vivido no te sorprenderá este pequeño y humilde escrito. ¡Ay! Princesa entre dos aguas, has sido protagonista de las ansias de cientos de bohemios insanos, que detrás de todos sus defectos si tenían una virtud, amarte madre.

Amante infinita de tus hijos, luchadora incansable. Tú, preciosa, la mejor de las mujeres, dulce melodía que susurra entre las olas, eres sal en la tristeza, pasión en tus rutinas, valiente en tus desafíos y bella, bella, reina mora, bella, como no otra. ¿Cuántos se han perdido enamorados de ti, madre? ¿Cuántos han desquebrajado su alma al tener que abandonarte, madre? ¿Cuántos? ¿Cuántos han dejado su vida y su espíritu en poemas, pinturas y escenarios, hablando de ti, madre? Cuantos.

No hay nada comparable a tu alma. Vagué incansable por el mundo, repiré aires no perfumados de azahar, ví cielos sin estrellas, campos sin jilgueros, gente sin sonrisa… anduve por tierras lejanas en busca de aventuras y emociones, y solo encontré una, una madre, la aventura de la nostalgia del paraíso y la añoranza de que mis lágrimas se deslizaran en la arena de tus orillas, porque cada paso que a mi cuerpo alejaba de ti, acercaba mi mente a tu pecho.

Día tras día, pienso en los momentos que viví contigo, en los momentos que lloré y reí, y cada segundo siento más compasión de mis verdugos, pues son grises e insulsos. ¡Ay! Ignorantes...se creen reyes en vida y nunca aprendieron a vivir, a tocar la libertad con las manos, a soñar una incansable mañana, a probar el dulce incorpóreo de la incertumbre, a beber por reír, a llorar por temblar, a amar, a doler, a disfrutar. Madre, gracias por no dejarme ser como ellos, gracias por haberle permitido al viento que acariciase mi pelo, gracias por dorar mi piel con el resplandor de tu mirar, gracias por ese maravilloso don que me diste, sí, ese que me descubre la belleza de la nea, ese don que me hace sufrir al compás de los pasos de mi Dios, ese que me permite morir de placer cuando mi corazón escucha el profundo cantar de una guitarra. Madre, gracias.

Alegre y vivaz te mostraste en tus más tempestuosas tragedias, junto a tus ocho soles. Los echo muchísimo de menos... ¿Cómo estarán? La mayor, la mayor, seguirá como siempre espero, elegante y sobria, pero brillante, brillante en un cielo de olivos. ¡Qué recuerdos! Aún me tiembla el pulso cuando viene a mi cabeza aquel día en el que tu chiquillo escondió a mi primer amor entre las cañas de la playa, le doy gracias a la vida por haberme permitido criarme con esa fuente de salero y gallardía que es tu muchacho, jamás olvidaré como cuidó de mí. Creo recordar que ahora en febrero es el cumpleaños de tu chica ¿no?, en mi memoria está la cantidad de novios que le salían por estas fechas, ¡qué niña esta! Tan alegre como tú. Felicítala y dale un beso a todos los demás de parte de aquella que los quiso tanto.

Libertad, libertad es tu segundo nombre. Cada día, cada luna, a todos nosotros nos enseñaste a ser libres y no de la manera fácil y seca con la que algunos se contentan, nos enseñaste a ser libres a pesar de las cadenas, libres de corazón y de sangre, libres de alma y de espíritu... ¿Cómo darte las gracias madre?

Un poco triste me estoy poniendo y no quiero, porque sé que no te gusta, pero es que un frío aterrador asola mi alma, me atormenta el no poder morir entre tus brazos o luchando por ti o por mis hermanos, como lo hizo aquel que te pintó entre palabras y cuya obra sirvió de pan a espíritus hambrientos como el mío. Me dí cuenta tarde de que esta guerra corresponde a otro soldado, más no es tanto mi pesar, pues he llevado tu corazón por bandera y he intentado acercar tu esmeralda a todas las almas errantes que encontré en mi camino.

Cuando el sol muere bajo los muros de mi jaula y hace aparición la luz blanca más hermosa, mi alma marinera vuelve contigo a jugar entre tus faldas, como antaño madre. No tengo riquezas que ofrecerte princesa, ni glorias que te enorgullezcan, solo un pecado, por el que estoy presa, mi sentimiento de libertad, guardado en este corazón valiente, defendido por mis mejores armas, una espada de tinta y este blanco escudo de papel.

Intensamente respiro con el único objetivo de poder volver a oler tu perfume antes de mi fin. Solo un consuelo me queda madre, pues se que si Dios te puso en la tierra, te tendrá también en el cielo, y esa es mi esperanza, verte a la otra orilla cuando baje de la barca, verte a ti, el vientre donde nací, el primer aliento que exhalé...

Amiga, confidente, reina...el mejor cuadro jamás pintado, musa miliunanochesca de mi inspiración, ya va a nacer el sol, ya llega mi hora, más no te preocupes, porque ya no tengo miedo. Madre ya sabes lo que siento, ya sabes que aunque me fui nunca te olvidé, que siempre te guardé en el lugar más querido de mi alma y que si alguna vez se me concedió el lujo de ser feliz, fue yendo de tu mano. Nada me haría más desdichada que hacerte llorar, no derrames ni una lágrima. Querida, concédeme un último deseo, sonríe, quiero que sonrías con más intensidad que nunca, por favor, quiero que lo último que vean mis pupilas sea el lejano reflejo del resplandor de tu sonrisa...aquella sonrisa.

Tu niña perdida.

Carta a un amor quebrado

13 de junio de 1992

Querido amigo,


Querido ángel de mi desventura, protagonista de mis desdichas, te preguntarás por qué después de tantos años me dispongo escribirte. Yo, se que ya no tengo derecho a atormentar lo que los días se han encargado de calmar, pero creo que tenías que saber, que el mundo se me hace más grande ahora que no estás, que estoy perdida en su inmensidad y que no encuentro la manera de retomar mi camino. ¿Por qué? Pues ni yo misma lo sé, supongo que porque me haces falta, supongo que porque te quiero, supongo que porque me hundo en la más horrible desesperación cuando miro unos ojos y no veo mi reflejo en tus pupilas, supongo que porque cuando unas manos tocan mi cuerpo siento frío, es más, ya ni siento…


Estar muerta en vida siento, y sí, es cierto, cuando me miras me escondo bajo esta absurda fachada de indiferencia y soberbia, mas tu sabes que soy tuya, que mi corazón es tuyo y que bajo mi pálida piel, que bajo mis agrios suspiros, estas tú. Lo sabes y también sé que todavía sueñas conmigo, que al cerrar los ojos recuerdas mis besos y que deseas, como hacíamos antes, regalar nuestras caricias al espíritu azul de las profundidades.


Hoy vuelvo a aquella playa, a aquel paraíso en el que me resguardabas del frío entre tus brazos, allí, allí donde solo estábamos la arena, el mar… nosotros. Y hoy estoy aquí, ahora el viento acaricia mi pelo, la arena acaricia mi espalda, pero mi pecho ya no escucha tu voz, ni mis manos se estremecen entre las tuyas. Hoy, hoy solo estamos la arena, el mar y yo.


Mi marinero, cuantas veces te oí decir que nuestro amor era tan hermoso como el cantar de las olas…hoy me doy cuenta de que el amor es como las olas y que la tuya rompió en mi vida. Sin embargo, ahora no estás, el tiempo, maldito enemigo, siempre te aleja de mi, ahora duermes en otra playa y yo solo soy ese fantasma gris que vaga inundada de tristeza entre la neblina de tus más dulces y agrios recuerdos.


Mi amor, cada día te echo más de menos, cada día es una agonía, aunque… ya nada importa, pues el tiempo no vuelve y aunque lo hiciese no se pueden cambiar los hilos que tejen el destino, lo sé. Tu inmadurez nos llevó al equívoco y mi orgullo a la amargura. No se puede volar sin alas y eso yo no lo sabia, pensé que poco a poco el vuelo levantaría, que no me hacia falta nadie, que no necesitaba más que mi fortaleza y mi valía. Pero no fue así, se me olvidó que tú eras mis alas, que tu eras mi música cuando bailo, que eras mi sangre, mi alegría, simplemente no me acordé que tu eras mi aliento, mi vida.


Yo no entendía de amores, amor, un juego, simplemente deseo, algo físico y estúpido, una excusa para justificar fracasos. Mas me equivoqué y ahora mis lagrimas por tu ausencia pagan por mi ignorancia. El amor, el amor mueve el mundo, el amor nos hace libres, nos hace esclavos, el amor es simple y complejo, cobarde y valiente, dulce y amargo. He tenido que perderte, he tenido que hacerte llorar, he tenido que desgarrar mis adentros para darme cuenta de que el amor es la danza de las almas, la belleza de las flores maquilladas con rocío, la armonía de las estrellas en la noche oscura, el lenguaje de dos corazones rebosantes de pasión …


Te fuiste, te fuiste y no te lo reprocho, gracias a eso he aprendido a amar, a escuchar los gritos de mi alma que hoy dicta una a una estas palabras. Entiendo que te fueras, fui la que cantaba en tu Odisea, te tuve y te hice sufrir, me ensañé con tu corazón hasta calmar mi ira, iba y venia, con mi casa a modo de burdel, fui egoísta y cruel y no se me ocurre mejor manera de compensarte que no volver a entrometerme en tu camino.


Ella te quiere y me alegra, vuelve y déjate querer, miéntele si le hace falta, nunca le digas que pasó, nunca le digas quien es el complemento de tus ansias, nunca le digas de quién eres. Si algún día lo descubre, di que es solo un cuento, que no has derramado ni una lágrima por nadie y que aquella que gritaba tu nombre solo era una pobre loca.


Tus ojos llevan marcados a fuego mi tormento, pero me consta que te han devuelto la sonrisa y yo no quiero volver a perturbar tu mente, por eso esta carta no te la enviaré, esta carta la leerá únicamente aquel que murmura en todas mis noches contigo, el testigo de nuestro infinito amor, nuestro fiel confidente, el mar.


Amigo, querido Ulises, no quiero que me compadezcas, como ya te he dicho el destino es el destino, y el mío es llorar por ti, marinero. Me voy contigo, mi leal azul, a cantar como buena sirena, la amargura de mi alma, a tus inmensidades libertinas y profundas... mi mar, nuestro mar.



Siempre tuya.
Te esperaré al otro lado de
nuestro horizonte…Te quiero.


Tu sirena.

sábado, 25 de abril de 2009

Acción, reacción y política del menor

Acción, reacción y política educativa

No hace muchos años, los niños temían el ir al colegio, eran agredidos por los profesores que se ocultaban bajo la indulgencia del lema “la letra con sangre entra”, luchamos por acabar con esa, una de tantas, injusticias, y ¿qué hemos conseguido? Ahora hemos hecho que el péndulo de la disciplina se pare justo en el otro extremo, hemos dejado a los profesores sin ningún arma para ejercer su trabajo, desnudos ante los caprichos y los actos inconscientes de personas que no tienen formada su voluntad ni su criterio.

No estoy defendiendo la violencia, ni muchísimo menos, la infancia es un tesoro que posee la sociedad, es una de esas pocas palabras que en esta realidad comercial e hipócrita todavía conserva sus connotaciones más tiernas. Pero, es que con esta desacreditación de la autoridad del profesor lo único que se consigue, a los hechos me remito, es indisciplina, bajo rendimiento escolar, niños caprichosos y mimados, niños que están perdiendo su inocencia porque se dan cuenta de que si son listos pueden hundir a una persona.

Diez veces el profesor regaña al alumno, y este no para de molestar al resto, interrumpe las clases constantemente, no permite avanzar en las explicaciones y como consecuencia retrasa al resto de los compañeros, y, por si esto fuese poco, se dedica a incordiar a otro niño más bajito, tímido y que, desgraciadamente, está bien educado y se calla. ¿Quién pierde aquí? Perdemos todos, incluso el insoportable, porque vamos a crear una sociedad de incultos e incapaces que se creen dueños del mundo y, trágicamente, es cierto solo aquello que se cree como tal.

No digo que ha este chico halla que darle una bofetada ni el mítico “cachete”, pero es que si le coges la cara o el brazo, para que te mire, o el das un triste golpecito en el hombro o la cabeza, simplemente con el fin de captar su atención, puedes acabar en la cárcel por maltrato a un menor, y es que en esta dictadura de lo políticamente correcto en la que vivimos vale más la palabra de un niño malcriado que de un adulto, y no hay que olvidar nunca que el niño es un niño y que no sabe que lo que puede decir o hacer tiene consecuencias, en ocasiones, muy graves.

La solución está en el ámbito del hogar, indudablemente, a un niño hay que hacerle caso y si se queja repetidas veces o llega con marcas, ir a hablar con el responsable, pero hay que tener educación, consultar a ambas partes por separado y no dar lugar, en ningún momento, a que el niño se sienta dueño de la situación, porque ese trono, por estatura, le viene grande.

Irremediablemente, como ya he dicho la solución está en casa, y ahí no hay política educativa que valga o ¿si? Creo recordar que no hace mucho tiempo, condenaron en Granada a una madre por darle a su hijo, el cual se estaba portando mal, con una zapatilla. El niño protestó, él quería estar con su madre, por razones evidentes, sin embargo, la pobre mujer, a la cual solo le movía el ánimo de corrección, el ánimo de hacer de él un hombre íntegro, se vió encarcelada.

Para cerrar, quiero concluir reiterando mi defensa a la no-violencia, pero es que eso no es violencia. Un profesor vocacional puede querer a sus alumnos como si fueran sus hijos y estoy seguro que muchos darían lo que fuese por evitar que estos sufriesen algún daño, pero no hay que olvidar que ellos están desempeñando una función, que trabajar con niños o con adolescentes es muy complicado y que el único arma que tiene el educador para enseñar es la autoridad, démosela si queremos un mañana con gente preparada, respetuosa de su prójimo y que puedan convivir en paz. Espero que este pequeño escrito, aporte mi granito de arena a esta causa y que consigamos viajar al punto medio de la trayectoria del péndulo que rige la política de protección al menor, porque nos estamos convirtiendo en juguetes de pequeños tiranos, que, lo peor de todo, no saben el daño que hacen.

martes, 21 de abril de 2009

Ideologías

Entendemos, de manera figurada, la palabra "principios" como el conjunto de “normas o ideas fundamentales que rigen el pensamiento o la conducta de uno o varios individuos”. Cualquier persona tiene ideales, porque la mente necesita un esquema fijo ante el cual debe responder, necesita unos límites para que la conciencia distinga el “bien” del “mal”. Dicho esto puede parecer que una persona que respete los pilares de sus pensamientos, es una persona que optará por el buen camino, y puede que sí, pero no tiene porque serlo siempre, dada la alta tendencia del hombre a cometer errores y a alimentar su ego.

Una persona que, dentro de una comunidad, intenta, desea llevar su vida conforme a sus ideales, se denomina idealista. El problema surge cuando elevando estos a su máximo exponente se quebrantan los principios universales, como la libertad, que están por encima de cualquier pensamiento individual. Por ello, cuando un ente supone que sus ideales se encuentran por encima de los intereses del mundo e intenta imponerlos con violencia o amenazas, esta persona o personas ya no son idealistas, se convertirían en lo que se denomina fanáticos.

El fanatismo es un fenómeno patente durante toda la historia de la humanidad y ha generado muertes, guerras, odio, injusticias…Pero como se suele decir “el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra” y cada vez que surgen nuevas ideas, surgen nuevos fanáticos y locos que los siguen. De esta manera llegamos a los genocidios mas recientes y grandes, como son “la solución final del problema judío” en la Alemania nazi o “el bien común y la igualdad social” de la Unión Soviética. Por cortesía de Adolf Hitler y Stalin, murieron decenas de millones de personas inocentes, una barbaridad que horripila al que menos escrúpulos tenga, y sin embargo el título es de lo más amable, “solución al problema...”, “bien común…” ¿Porqué esa intención de que pareciese correcto, de qué pareciese un favor? Muy sencillo, el poder requiere cierta aceptación, si hacemos creer a la masa que los crímenes son el único camino o que de otra manera sería peor, podemos jugar con un cierto margen e incluso con un apoyo a la hora de actuar. Estos delitos contra la humanidad se refugiaban tras una serie de ideales que el colectivo dominante utilizaba como justificación de sus actos, fundamentando de esta forma su poder.
La razón y la lógica deben guiar nuestros actos, no la violencia y la intolerancia. Un idealista que comenzó la búsqueda de una sociedad utópica libre de perjuicios fue Martin Luther King, que lucho con tenacidad y desesperadamente por la igualdad, pero no con armas sino con palabras, que son mucho mas dañinas y duraderas, porque puedes someter a los débiles a tus ideas, pero como dijo San Agustín “la razón no se somete nunca” y, cuarenta años después de la muerte de este guerrero, su frente sigue activo, última conquista, la Casa Blanca.

Desgraciadamente el mundo se encuentra sumido en un tumulto de movimientos fanáticos, por ejemplo, algunos países sudamericanos con la llamada “Revolución Bolivariana” o, más claro todavía, EEUU con su ideología ultracapitalista que justifica su actuación bélica en países tercer mundistas alegando que es una defensa contra el mundo islámico y una necesidad imponerles la democracia, y qué ocurre, que este principio, en teoría “bueno”, ha desembocado en muertes, torturas legalizadas, oquedades jurídicas como Guantánamo y numerosas injusticias que no tienen nada que ver ni con parar un ataque, ni con los principios democráticos que defienden. Esta violación ha sido posible al convertir en cotidiano y legalizar estas circunstancias, cayendo en una de las acciones más peligrosas, normalizar la excepción. En el frente opuesto nos encontramos con el terrorismo islámico, cuyos líderes justifican su poder y sus atentados con una lucha a la que los insta su religión, su Dios, circunstancia realmente curiosa si tenemos en cuenta que paz e Islam derivan de la misma raíz y pueden considerarse sinónimos. Es más, el término árabe Yihad, el cual es traducido erróneamente como guerra santa, tiene matices bien definidos y delimitados y no incita a sus seguidores a contarse entre quienes inician un pleito ya que "Dios no estima a los agresores". De hecho, ellos se rigen por las enseñanzas del profeta Mahoma y este dice:”El fuerte no es quien vence a los hombres sino quien vence a su ira." Por ello, debo deducir que si un musulmán participa en actos terroristas, éste no está siguiendo los preceptos de su religión, y que si un estadounidense invade y somete a un pueblo no está defendiendo la democracia, ambos por lo único que están luchando es por la obtención de beneficios políticos o económicos – como normalmente usan sus creencias los líderes de los que optan por fanatizar sus ideales.

En fin, pienso que los ideales son buenos e incluso necesarios, porque opino que si uno no cree en nada no hay nada que lo sujete y que una persona con unas convicciones sólidas y coherentes puede, con ayuda de la razón, hacer mucho bien a la humanidad. Porque también es un hecho que los ideales han cambiado para mejor la situación social, nos han hecho evolucionar desde la oscura Edad Media a la Edad Contemporánea, de las monarquías absolutas a las democracias, de la esclavitud a la libertad…Simplemente, imaginad que hubiese sido de Occidente sin lo ideales políticos de libertas, fraternidad e igualdad, o las revolucionarias teorías políticas sobre la separación de poderes del Estado de Voltaire, Rousseau o Montesquieau.

En síntesis, las ideologías por si solas no valen nada, al igual que un libro que nadie lee ni interpreta. Por tanto puedo decir, que la única manera firme para intentar convatir el tan temido, y con razón, fanatismo, es la cultura, y digo esto porque entendiendo las creencias ajenas podemos ayudar al prójimo a entender su error y con lógica y saber podemos evitar el nuestro. No nos equivoquemos, el problema no son las convicciones, son aquellos que no encuentran el equilibrio y no son capaces de sacarle el buen partido a las mismas, contribuyendo a la destrucción de su propio hogar.

domingo, 19 de abril de 2009

Breve contexto de la Globalización

La “globalización” es la tendencia de los mercados y de las empresas a extenderse, alcanzando una dimensión mundial que sobrepasa las fronteras nacionales y/o la sustitución en las “tareas de coordinación social” de la administración por las “fuerzas de mercado”. A estas dos definiciones, de la Real Academia y de Fernando Vallespín respectivamente, podemos añadir una tercera, la de Carlos Román, que bajo mi punto de vista es la que mejor expresa lo que conlleva de manera práctica la aplicación cotidiana procedente de la aceptación de este planteamiento, y dice así, es un “proceso de reducción o eliminación de obstáculos a la libre circulación de, por este orden: ideas, decisiones, capitales, servicios, productos y factores de producción y, entre éstos, en muy último lugar, fuerza de trabajo”.

Podemos decir, que el dogma de este movimiento es la pretensión de que prime la economía sobre el resto de los campos de la realidad, predicando, como dice el sociólogo Ulrich Beck, “la salvación del mundo por el espíritu de mercado”. De este modo, se minimizaría el Estado social y la democracia, bajo el yugo de las leyes de la oferta y la demanda mundial.

Un efecto muy característico de esta corriente económica, sería la creación de un mayor abismo, si cabe, entre la miseria y la riqueza. De este modo, mientras las zonas con posibles más limitados inician una andadura hacia la más dura pobreza, los recursos económicos se concretan cada vez en regiones y manos, que al compás de las exigencias mercantiles se hacen progresivamente más pequeñas, creando según Giddens, cito textualmente, “un mundo de ganadores y perdedores”.

Aunque lo dicho es cierto, también es necesario comentar que, los países pobres “más globalizados”, si están obteniendo algunos beneficios de esta nueva realidad, tal y como muestran los estudios realizados por el Banco Mundial.

Una causa primordial de la globalización, es la conexión informativa entre las distintas partes de la Tierra, lo que proporciona una mayor dinamización y rapidez en las relaciones comerciales, dando lugar a una mayor flexibilidad en la organización de las empresas y un aumento de poder de estas sobre sus empleados. Así, podemos decir, que se intensifican las relaciones sociales de tal manera que al igual que rápido crecimiento, en ocasiones, se pueden extender, como esta ocurriendo, situaciones adversas a lugares geográficamente separados.

También es relevante comentar que este nuevo entramado mundial fomenta la productividad y la competitividad que, a modo de levadura, expanden este nuevo horizonte.

Por lo expuesto, no es de extrañar la sospecha de las estrechas relaciones entre la globalización y el neoliberalismo, puesto que ambos convergen en una política económica totalmente liberal y entienden los intereses del mercado como los intereses que la sociedad precisa para su evolución. Así vuelve a concebirse al ser humano como una mera mercancía, por lo que podemos sintetizar dichos vínculos como la vuelta a un disfrazado capitalismo en estado puro.

Por último, veo preciso que tenga lugar aquí, el movimiento que lucha ante las temidas, por algunos, e inevitables consecuencias de este nuevo contexto, y es la corriente anti-globalización, llamada así por los medios, o, como sus componentes, prefieren, altermundista. Este pensamiento suele concebirse como un resurgir de la izquierda contra las ineluctables desigualdades que esta ocasionando este proceso, aunque, personalmente, creo que cualquier mente racional y un poco comprometida con el mundo, puede posicionarse en contra de esta plaga económica que, mejor o peor, intentamos sobrellevar, no tanto por su ideología, sino por su ética.

En síntesis, la globalización es un movimiento neoliberal que establece la supremacía de los intereses económicos sobre el resto de los existentes, ocasionando, como su consecuencia más atroz, una polarización de la riqueza. Contra este nuevo tejido social se posiciona el movimiento altemundista, que pretende la paralización de lo originado por este medio de vida que se nos impone.